En este blog encontraras todo sobre el embarazo adolescente,para poder ayudar a tu hija,amiga o hermana.
miércoles, 19 de febrero de 2014
¿Inesperado?
. “¿Inesperado? La mayoría de los embarazos adolescentes lo son", es el eslogan de una campaña de concientización realmente transgresora en la que quienes cargan con “la panza” son los varones.
La iniciativa fue tomada por el departamento de Salud Pública de Chicago para que los jóvenes reflexionen y entiendan también que la llegada de un bebé es una cuestión de pareja y no sólo de las mujeres.
Por primera vez, el llamado de atención recae sobre los adolescentes de una manera innovadora, pues no son ya las mujeres las protagonistas. Los mensajes son ilustrados con las imágenes de tres jóvenes varones “embarazados”.
Una intención es, no sólo prevenir el número de embarazos no deseados a edades tempranas, sino además concienciar a los adolescentes del hecho de que no sólo es responsabilidad de las chicas.
Según revela un informe, a pesar de que el número de nacimientos entre este grupo ha disminuido un 33% en los últimos años, la cifra de embarazos adolescentes en Chicago es una de las más altas de Estados Unidos.
Esta nueva campaña de prevención fue presentada el pasado 14 de mayo en diferentes puntos de la ciudad, así como en las redes sociales: en Twitter (bajo el hashtag #Unexpected) y Facebook y a través de la página del departamento de Salud Pública de Chicago.
La iniciativa fue tomada por el departamento de Salud Pública de Chicago para que los jóvenes reflexionen y entiendan también que la llegada de un bebé es una cuestión de pareja y no sólo de las mujeres.
Por primera vez, el llamado de atención recae sobre los adolescentes de una manera innovadora, pues no son ya las mujeres las protagonistas. Los mensajes son ilustrados con las imágenes de tres jóvenes varones “embarazados”.
Una intención es, no sólo prevenir el número de embarazos no deseados a edades tempranas, sino además concienciar a los adolescentes del hecho de que no sólo es responsabilidad de las chicas.
Según revela un informe, a pesar de que el número de nacimientos entre este grupo ha disminuido un 33% en los últimos años, la cifra de embarazos adolescentes en Chicago es una de las más altas de Estados Unidos.
Esta nueva campaña de prevención fue presentada el pasado 14 de mayo en diferentes puntos de la ciudad, así como en las redes sociales: en Twitter (bajo el hashtag #Unexpected) y Facebook y a través de la página del departamento de Salud Pública de Chicago.
Consecuencias Psicosociales
Las mayores afectaciones se pueden presentar principalmente a nivel psicológico y social, ya que la joven se enfrentara al reto de asumir su nuevo rol de madre, haciéndose cargo de los cuidados, atención y educación de su hijo, a pesar de que ella aún no ha consolidado su formación y desarrollo.
Desde el aspecto psicosocial las consecuencias son las siguientes:
Desde el aspecto psicosocial las consecuencias son las siguientes:
- Algunas jóvenes madres optan por la adopción que les crea una gran culpa y arrepentimiento, sobre todo en etapas más maduras de su vida.
- Hay quienes deciden tener al hijo siendo solteras, convirtiéndose en madre soltera y convirtiéndose en familia monoparental, enfrentándose, dependiendo de los países, a grandes carencias y dificultades. Su proyecto de vida se ve alterado y frenado, llegando a sufrir agresiones por parte de su familia y del entorno y disminuyendo las oportunidades para conseguir un empleo (cuando lo obtienen es mal remunerado), sin olvidar que deben educar a su hijo en medio de un ambiente desfavorable.
- Otras jóvenes madres deciden, si el padre biológico acepta su paternidad y responsabilidad, formar un matrimonio. Sin embargo existen altas probabilidades de que dicho matrimonio no perdure ya que el padre precoz se enfrentan a un evento inesperado, sorpresivo; no son capaces en esos momentos de llevar una vida de pareja independiente económicamente, no están lo suficientemente maduros para que su relación perdure, ni están preparados para recibir un hijo y mucho menos cuidarlo
Relato de una joven
A los 16 años, una chica de pestañas rizadas, ojos claros y carisma natural, era capaz de comerse el mundo, y de un solo bocado. Su vida se resumía en farra y locura. Ahora, a sus 19, su mundo se resume en una sola palabra: Matías (su hijo).
“Mati” es un chiquitín travieso que ha cambiado el rumbo de su madre. “Ojo, mi hijo no me cortó las alas, solo me frenó un poco” reitera Daniela, quien jamás ha pensado en declinar sus fuerzas para sacar adelante al niño rubio que desde pequeño nació guapo, porque según dicen, los bebés nacen feos y bien feitos.
Mati es la excepción de la regla. Rubiecito, blanquito, perfecto para un casting.“Cuando lo veo, entiendo lo que una madre es capaz de hacer por su hijo”. Daniela amó a su hijo desde que lo vio por primera vez, desde que escuchó su primer llanto, desde que Mati robó el calcio de su madre para crecer saludable en el vientre.
Dani cuenta que los cambios se sienten desde el principio, “una mujer sabe cuando está embarazada”. Ella se hizo la prueba de embarazo a los cuatro meses y medio. Tenía miedo, mucho miedo, no al resultado como tal, sino al futuro, pues sus proyecciones eran amplias. Ella esperaba mucho de ella misma. Estaba segura de su beca colegial (producto de sus excelentes calificaciones), de sus sueños en el exterior, de un porvenir comprometedor.
“Quería un esposo que me acaricie la pancita diciéndome que me ama” confiesa Daniela. Desde el nacimiento del bebé ha visto dos veces al padre de su hijo, incluso, alguna vez le prestó veinte dólares. Sin embargo, de ahí en adelante, brilló por su ausencia.
Con una lucha constante entre el “¿que dirán?” y el “¿qué quiero yo?”, Daniela construyó su presente con el peso y sobrepeso del pasado. Pudo terminar sexto curso después de algunos meses e ingresó a la carrera de Psicología a distancia.“Estudiar es posible, sí, por supuesto”, recalca.
Se muestra valiente, a veces, recae, pero sigue firme. Ya no importa que su cuerpo se haya modificado, que sus “cuadritos” no estén, porque todo ha valido la pena. Ninguna emoción se compara con tener entre tus brazos “un pedazo de uno mismo”.
Daniela no tuvo respaldo económico, aprendió a mantenerse sola. Cuando le contó a su madre sobre el embarazo, pensó que se trataba de una broma, incluso recibió la noticia entre risas. “Es verdad que la desilusioné”, pero día a día Daniela ayudaba en la cocina a su progenitora, que según dice, “cocina riquísimo”.
“Cuando uno es joven piensa que todo va a estar bien”. Es verdad que al primer mes, por novelería, todos traen regalos, pañales o pequeños detalles. ¿Y el resto del año?, se pregunta Daniela, quien recibía el sueldo básico para mantener a ella y a Mati. Es consciente de que existen adolescentes que permiten que cualquier miembro de la familia se encargue del hijo. Pero este no fue su caso.Compartiendo tiempo juntos Dani sudó por cada pañal y padeció horas sin dormir cuando Mati nació. Aunque ahora, ya puede dormir tranquila porque sabe que su excelente trabajo dará frutos cuando su bebé crezca.
“Mati” es un chiquitín travieso que ha cambiado el rumbo de su madre. “Ojo, mi hijo no me cortó las alas, solo me frenó un poco” reitera Daniela, quien jamás ha pensado en declinar sus fuerzas para sacar adelante al niño rubio que desde pequeño nació guapo, porque según dicen, los bebés nacen feos y bien feitos.
Mati es la excepción de la regla. Rubiecito, blanquito, perfecto para un casting.“Cuando lo veo, entiendo lo que una madre es capaz de hacer por su hijo”. Daniela amó a su hijo desde que lo vio por primera vez, desde que escuchó su primer llanto, desde que Mati robó el calcio de su madre para crecer saludable en el vientre.
Dani cuenta que los cambios se sienten desde el principio, “una mujer sabe cuando está embarazada”. Ella se hizo la prueba de embarazo a los cuatro meses y medio. Tenía miedo, mucho miedo, no al resultado como tal, sino al futuro, pues sus proyecciones eran amplias. Ella esperaba mucho de ella misma. Estaba segura de su beca colegial (producto de sus excelentes calificaciones), de sus sueños en el exterior, de un porvenir comprometedor.
“Quería un esposo que me acaricie la pancita diciéndome que me ama” confiesa Daniela. Desde el nacimiento del bebé ha visto dos veces al padre de su hijo, incluso, alguna vez le prestó veinte dólares. Sin embargo, de ahí en adelante, brilló por su ausencia.
Con una lucha constante entre el “¿que dirán?” y el “¿qué quiero yo?”, Daniela construyó su presente con el peso y sobrepeso del pasado. Pudo terminar sexto curso después de algunos meses e ingresó a la carrera de Psicología a distancia.“Estudiar es posible, sí, por supuesto”, recalca.
Se muestra valiente, a veces, recae, pero sigue firme. Ya no importa que su cuerpo se haya modificado, que sus “cuadritos” no estén, porque todo ha valido la pena. Ninguna emoción se compara con tener entre tus brazos “un pedazo de uno mismo”.
Daniela no tuvo respaldo económico, aprendió a mantenerse sola. Cuando le contó a su madre sobre el embarazo, pensó que se trataba de una broma, incluso recibió la noticia entre risas. “Es verdad que la desilusioné”, pero día a día Daniela ayudaba en la cocina a su progenitora, que según dice, “cocina riquísimo”.
“Cuando uno es joven piensa que todo va a estar bien”. Es verdad que al primer mes, por novelería, todos traen regalos, pañales o pequeños detalles. ¿Y el resto del año?, se pregunta Daniela, quien recibía el sueldo básico para mantener a ella y a Mati. Es consciente de que existen adolescentes que permiten que cualquier miembro de la familia se encargue del hijo. Pero este no fue su caso.Compartiendo tiempo juntos Dani sudó por cada pañal y padeció horas sin dormir cuando Mati nació. Aunque ahora, ya puede dormir tranquila porque sabe que su excelente trabajo dará frutos cuando su bebé crezca.
El embarazo adolescente representa 15% de nacimientos en Argentina
El embarazo adolescente representa el 15% del total de nacimientos en Argentina, reportó el Informe sobre Estado de la Población Mundial 2013 de Naciones Unidas, acerca de un fenómeno que representa un desafío a nivel regional y mundial. "La maternidad en la adolescencia es más frecuente entre las jóvenes de sectores pobres y las que tienen menor nivel educativo", afirma el informe del Fondo de Población de Naciones Unidas-Unpfa.
De unos 700.000 nacimientos que anualmente se registran en el país, 114.500 son de madres adolescentes.
Las cifras refieren a una población total de siete millones de adolescentes, de 10 a 19 años, que representan el 17% de la población total en Argentina.
"En Argentina, el embarazo adolescente representa el 15% del total de nacimientos", sostiene el Informe de Población 2013.
"Cuando una adolescente queda embarazada, cambia radicalmente su presente y su futuro, y en rarísimas ocasiones lo hace para bien”, enfatizó el nigeriano Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas-Unpfa.
En una entrevista con Télam, el funcionario consideró que el embarazo adolescente "no es aceptable porque la niña no está lista físicamente, emocionalmente, psicológicamente y materialmente para tener un hijo".
"Lo que demuestran los estudios es que cuando las niñas tienen bebés, esos chicos vuelven a ser padres jóvenes y tienden a perpetuar la falta de educación que necesitan para proveer lo adecuado para sus hijos", advirtió.
Asumir de mejor manera la noticia
En el caso que el
embarazo adolescente llegue a concretarse es importante que, los futuros
padres, cuenten con el apoyo de su familia. Cuando las cosas están hechas no se
puede pedir que no hayan sucedido, el rol del adulto pasa por enseñar a asumir
con responsabilidad las dificultades que en la vida se presentan.
Lo peor en estos
momentos es actuar motivados por la ira. Si bien es cierto que un embarazo
adolescente derrumba los planes que los padres tenían pensado para sus hijos,
es más cierto que los proyectos que se derrumban son los de aquel adolescente
que ahora debe asumir responsabilidades para las que no está preparado.
La experiencia de los
padres debe ser traspasada a los hijos de la mejor manera posible. Acompañarlos
en las decisiones médicas es fundamental, considerando que el embarazo
adolescente acarrea riesgos en la salud de la futura madre y su bebé. No se
trata de vivirlo como un nuevo hijo de la pareja, sino ubicar las labores que
aquel adolescente debe aprender ahora que será padre.
Medidas de Prevención
El embarazo
adolescente se previene, no se cura. A partir desde esa premisa los padres
pueden ayudar a sus hijos a transitar por una sexualidad responsable, las
conversaciones respecto a la importancia del correcto uso de métodos de
protección (no sólo por el embarazo sino también por las ETS) y abrir los
espacios para las dudas adolescentes puede hacer la diferencia en la vida de
los hijos.
Es común escuchar en
charlas con adolescentes que ellos sienten “vergüenza” al hablar de sexualidad
con sus padres. Esta incomodidad basada en la sensación de que serán
reprendidos por su curiosidad sexual los aparta de los consejos paternos,
dejándolos a merced de información compartida entre pares y exponiéndolos de
forma innecesaria a conductas de riesgo.
¿Cómo prevenir el Embarazo Adolescente?
El tema del embarazo
adolescente, no sólo posee implicancias en la vida íntima de las familias, sino
que por su delicadeza es también parte de debates políticos, sanitarios y
educativos.
Con el arribo de la
pubertad, arriban muchas cosas para los adolescentes, entre ellas el que
biológicamente estén listos para la reproducción. Sin embargo, esta condición
hormonal no es suficiente para poder emprender el camino de la paternidad.
Si bien es cierto, el
embarazo adolescente es un problema generalizado en la población, la mala
calidad de la educación sexual sumada al desconocimiento del correcto
funcionamiento de los métodos anticonceptivos, eleva la cantidad de hijos de
madres adolescentes en los sectores más vulnerables del país.
Si a esto le sumamos
la falta de servicios públicos orientados a la población más joven del país, la
poca relevancia que se le da a la sexualidad responsable en las instituciones
educativas y la valoración moral negativa que provoca en la población, el
embarazo adolescente es vivido como un problema puertas adentro.
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